Neil Gaiman. A este artista hay que leerlo, al menos una vez en la vida. Puedes acercarte a su extraordinario talento por varios caminos: novelas, cuentos, relatos cortos, comics, guiones de televisión y cine, letrista para afamados músicos, ensayos o su blog personal. Gaiman derrocha imaginación y genio en cada una de las frases que escribe.
Es posible que al leerlo, en ocasiones, puedas llegar a odiarlo, (créeme, a mi me ha pasado), pero también puede llegar a fascinarte, (es evidente que esto también me ha pasado, de no ser así no estaría escribiendo ahora este post). De cualquier modo creo que si eres amante de las buenas historias debes, al menos una vez en la vida, dejarte seducir por la indiscutible maestría que el maestro Neil Gaiman posee como narrador.
¿Una recomendación? Por supuesto: por ceñirme a una y solo una diré "El libro del Cementerio", su última novela publicada en España. Asombrosa de principio a fin, con unos personajes a los que recordarás siempre. Esta última semana ha sido larga y dura, (mucho trabajo y la mayor parte tedioso y aburrido), este libro ha conseguido que al menos las noches hayan sido guays, y es que me lo he leído en cinco noches, (con una media de un par de horas por noche, soy un lector lento). No os lo perdáis, no cuesta tanto. De hecho, en las bibliotecas, no cuesta nada...
¿De que va? Un hombre siniestro entra en una casa asesinando a una familia entera, excepto al pequeño de la casa, un niño de apenas dos años que acaba librándose de la muerte segura al ocultarse en un cementerio. Allí, los fantasmas que habitan las tumbas adoptarán y cuidaran del pequeño mientras este crece entre mausoleos y lápidas, protegiéndolo a la vez, del incansable asesino de su familia que espera, pacientemente, año tras año para poder terminar el trabajo que comenzó aquella noche.
Como dice el propio Gaiman: este libro le debe mucho a "El Libro de la Selva", (el cual asegura haberse leído más de treinta veces); de hecho es prácticamente lo mismo, si sustituimos a Moglwi por Nad, y a las panteras, osos, lobos y monos por fantasmas, demonios, brujas y demás criaturas que habitan los cementerios...
